Hace tiempo que vengo observando una tela de araña en un cable de protección de la casa donde vivo. Todas las mañanitas miro si está intacta o si le falta algunos hilos. Dependiendo de los rayos del sol que la alumbran la veo algo así como tímida y otras veces radiante.
Me encanta este momento mágico. Me maravilla descubrir todas las mañanas esta obra de arte en la altura.
Sentir esta magia es confiar que todos tenemos la posibilidad de vivir a la altura de nuestro potencial, como la araña quien confía en su don y saca el máximo provecho en medio de dos simples cables.