Y si todo lo importante dependiera del silbido del viento para alcanzar los sueños, pediría que el amor no tuviese una muralla dura, inmovible... para que deje pasar el susurro que arrulla al alma mia.
- ¿LLueve?
- Llueve.
- Y... ¿Qué hacemos ahora?
- Mirar como cae la lluvia.
- ¡Pero llueve!. ¿No sería mejor salir y mojarnos con la lluvia?. Saltar, hacer pozos en el jardín, corrernos...?
- No.
- ¿Por qué no?
- Porque es domingo y llueve.